Acerca de

Nuxiens.org es una plataforma de distribución gratuita y de acceso abierto, que publica artículos, investigaciones, datos y análisis en áreas como ciencias naturales, matemáticas, informática, biología, psicología, economía, empresa, tecnología, humanidades y ciencias sociales, con el objetivo de acercar el conocimiento global.
Para un *artículo específico*, ingrese el nombre del tema en el identificador de búsqueda.

Busqueda

NUX: 2569749967099457118
post.id: 2569749967099457118

El miedo a las diferencias: seguridad, constructos sociales y diversidad

Este artículo analiza por qué la diferencia social —como la no conformidad de género, la ausencia de prácticas religiosas mayoritarias o la expresión pública de orientaciones sexuales diversas— suele ser percibida como amenaza. Se argumenta que la raíz de esta incomodidad no se encuentra en un riesgo real, sino en la amenaza simbólica que estos comportamientos representan para constructos sociales que otorgan previsibilidad y seguridad. A partir de la teoría de la necesidad de pertenencia y la teoría de la incertidumbre-identidad, se examina cómo la diversidad, lejos de debilitar la cohesión, fortalece la resiliencia comunitaria. Se concluye que la seguridad basada en la exclusión es frágil, mientras que la inclusión amplía la estabilidad y fomenta la innovación colectiva.


NUX: 4701217867659396303
post.id: 4701217867659396303

El tiempo: una dimensión esquiva de la realidad.

Resumen

El tiempo es un concepto universalmente familiar pero difícil de definir. Su estudio ha sido abordado desde la ciencia, la filosofía, la religión y las artes. Aunque cada disciplina ofrece una interpretación distinta, el sistema de medición ha mantenido cierta consistencia histórica. Este artículo revisa las principales perspectivas científicas sobre la naturaleza del tiempo, su percepción humana, la dilatación temporal según la relatividad, y las interrogantes sobre su inicio y posible final.


Introducción

El tiempo, aunque intangible, constituye uno de los pilares fundamentales para comprender la realidad. Desde la antigua Sumeria, donde se originaron las primeras unidades de medida temporal, hasta la definición moderna del segundo basada en la transición electrónica del átomo de cesio, la humanidad ha buscado cuantificarlo con precisión. Pero, más allá de su medición, persiste la pregunta esencial: ¿qué es exactamente el tiempo?

Naturaleza del tiempo

Los físicos lo definen como la progresión de los acontecimientos desde el pasado, a través del presente, hacia el futuro. En términos más amplios, puede considerarse la cuarta dimensión que acompaña a las tres dimensiones espaciales. Aunque no podemos verlo, tocarlo ni saborearlo, sí podemos medirlo y observar su influencia en todos los fenómenos.

La física clásica trataba al tiempo como absoluto, constante y universal. Sin embargo, la teoría de la relatividad de Einstein demostró que es relativo al marco de referencia del observador, introduciendo fenómenos como la dilatación temporal, donde el tiempo se expande o contrae en función de la velocidad o la gravedad.

La flecha del tiempo y la entropía

Uno de los enigmas más profundos es la irreversibilidad del tiempo, conocida como la flecha del tiempo. Aunque las ecuaciones físicas funcionan tanto hacia adelante como hacia atrás, la experiencia humana y la naturaleza muestran que el tiempo avanza solo en una dirección.

La explicación más aceptada proviene de la segunda ley de la termodinámica: en un sistema aislado, la entropía (grado de desorden) tiende a mantenerse o aumentar. Si el universo se considera un sistema aislado, su entropía no puede decrecer, lo que explica por qué no es posible retroceder en el tiempo.

Dilatación del tiempo y relatividad

De acuerdo con la relatividad especial y general, el tiempo transcurre de manera diferente según el marco de referencia. Un reloj en movimiento cercano a la velocidad de la luz se desacelera respecto a uno estacionario. Este efecto, comprobado mediante relojes atómicos en aviones y satélites, así como en el estudio de partículas subatómicas como los muones, valida la predicción de Einstein.

En este sentido, los astronautas de la Estación Espacial Internacional experimentan un “viaje en el tiempo” al regresar a la Tierra, ya que su reloj biológico se ha desplazado mínimamente respecto al de quienes permanecen en el planeta.

Viajes en el tiempo y paradojas

La posibilidad de viajar en el tiempo genera debates científicos y filosóficos. Avanzar hacia el futuro es factible bajo las leyes conocidas, pero retroceder hacia el pasado presenta problemas de causalidad. La famosa paradoja del abuelo ilustra este conflicto: si alguien viajara al pasado y alterara la existencia de sus antecesores, pondría en riesgo su propia existencia.

Algunos modelos proponen soluciones teóricas, como universos paralelos o puntos de ramificación, aunque no existen pruebas experimentales que lo confirmen.

Percepción humana del tiempo

El cerebro humano posee mecanismos especializados para medir y percibir el tiempo. Los núcleos supraquiasmáticos regulan los ritmos circadianos, mientras que regiones como la amígdala influyen en la percepción subjetiva.

Durante experiencias intensas, como emergencias, la formación acelerada de recuerdos hace que el tiempo parezca alargarse. En contraste, la rutina y la familiaridad en la vejez generan la sensación de que el tiempo pasa más rápido. Además, neurotransmisores y sustancias químicas pueden alterar la percepción, acelerándola o ralentizándola según la actividad neuronal.

El principio y el fin del tiempo

La cosmología sostiene que el tiempo tuvo un inicio: el Big Bang, ocurrido hace aproximadamente 13.799 millones de años. La radiación cósmica de fondo constituye la huella observable más antigua de ese evento.

El futuro del tiempo es incierto. Si el universo continúa expandiéndose, el tiempo persistirá. Si, en cambio, ocurriera un colapso cósmico o un nuevo Big Bang, nuestra línea temporal llegaría a su fin, dando inicio a otra.

Conclusiones

El tiempo no es un recurso ilimitado ni una ilusión abstracta: es una dimensión fundamental de la realidad. Su irreversibilidad, su relatividad y su percepción humana lo convierten en un campo de estudio fascinante y aún lleno de incógnitas. Comprenderlo es esencial no solo para la física y la cosmología, sino también para entender la experiencia humana.

Puntos clave

  • El tiempo es la progresión de los acontecimientos desde el pasado hacia el futuro.
  • La flecha del tiempo está determinada por la entropía creciente.
  • La relatividad demuestra que el tiempo es relativo y puede dilatarse.
  • La percepción humana del tiempo depende de procesos cerebrales y de la memoria.
  • El tiempo tuvo un inicio en el Big Bang y su final es aún desconocido.

Referencias

  • Carter, R. (2009). El libro del cerebro humano. Dorling Kindersley Publishing, Londres.
  • Richards, E. G. (1998). Mapeo del tiempo: El calendario y su historia. Oxford University Press, Oxford.
  • Schwartz, H. M. (1968). Introducción a la relatividad especial. McGraw-Hill Book Company, 
NUX: 4370741372518062800
post.id: 4370741372518062800

Las cuatro fuerzas fundamentales de la física.

Las fuerzas fundamentales constituyen las interacciones básicas mediante las cuales las partículas elementales se relacionan entre sí. Todo fenómeno observado en el universo puede explicarse en términos de cuatro tipos de interacciones: 

  1. La gravedad
  2. El electromagnetismo
  3. La interacción débil 
  4. La interacción fuerte.

Introducción

La física moderna sostiene que la diversidad de fenómenos naturales, desde la caída de una manzana hasta las reacciones nucleares en el Sol, se debe a un conjunto reducido de interacciones universales. Estas interacciones, denominadas fuerzas fundamentales, explican cómo se atraen, repelen o transforman las partículas y los cuerpos que constituyen la materia. Este artículo expone sus características principales y revisa los esfuerzos contemporáneos por unificarlas en una teoría única.


1. La Gravedad

La gravedad es la de mayor alcance, aunque paradójicamente la más débil en magnitud. Se manifiesta como una fuerza siempre atractiva entre dos cuerpos con masa.

  • Explica fenómenos como las órbitas planetarias o la caída de los objetos.
  • Según la relatividad general de Einstein, la gravedad no es una fuerza en sentido clásico, sino la curvatura del espacio-tiempo producida por la masa y la energía.

Aunque es débil a nivel subatómico, domina a escalas cósmicas, manteniendo unidas galaxias y estructuras del universo.

  • Alcance: infinito
  • Particula mediadora: Hipotetico gravitón (no detectado)
  • Relevancia: controla la dinámica a gran escala: órbitas planetarias, formación de galaxias y expansión cósmica.

2. Electromagnetismo

El electromagnetismo gobierna las interacciones de las partículas con carga eléctrica.

  • Una carga en reposo experimenta fuerzas electrostáticas.
  • Una carga en movimiento experimenta también fuerzas magnéticas.

James Clerk Maxwell unificó en 1864 estas dos manifestaciones en sus célebres ecuaciones de Maxwell. Más tarde, la electrodinámica cuántica (QED) integró el electromagnetismo en el marco de la física cuántica.

  • Alcance: infinito (aunque más débil que la gravedad a gran escala, domina a escala atómica).
  • Partícula mediadora: fotón.
  • Relevancia: responsable de la luz, la química, la electricidad y prácticamente toda la tecnología humana.

Es la fuerza más influyente en la vida cotidiana: determina la estructura de los átomos, las reacciones químicas, la luz y prácticamente toda la tecnología eléctrica y magnética.

3. Interacción débil

La interacción débil regula procesos de desintegración radioactiva y reacciones nucleares, como la fusión en el interior del Sol. Se caracteriza por su corto alcance y su capacidad de cambiar el tipo (sabor) de partículas fundamentales como quarks y leptones.

  • Alcance: extremadamente corto (~10⁻¹⁸ m).
  • Partículas mediadoras: bosones W⁺, W⁻ y Z⁰.
  • Relevancia: explica la radiactividad beta y es esencial en la nucleosíntesis estelar.

4. Interacción fuerte

La interacción fuerte mantiene unidos a los protones y neutrones dentro del núcleo atómico, contrarrestando la repulsión electromagnética entre protones. La cromodinámica cuántica (QCD) describe esta fuerza en términos de quarks y gluones.

  • Alcance: muy corto (~10⁻¹⁵ m).
  • Partícula mediadora: gluones.
  • Relevancia: sin ella, la materia compleja no existiría.

Hacia una unificación

La física teórica busca unificar las cuatro interacciones en una teoría del todo.

  • El Modelo Estándar ya explica tres de ellas (electromagnetismo, interacción débil e interacción fuerte) mediante partículas mediadoras o “bosones de intercambio”.
  • La gravedad permanece fuera de este modelo. Se postula que estaría mediada por una partícula hipotética llamada gravitón, nunca detectada hasta ahora.

El campo de la gravedad cuántica (cuerdas, loop quantum gravity, entre otras propuestas) intenta reconciliar la relatividad general con la mecánica cuántica, pero aún no existe una teoría aceptada universalmente.

Conclusiones

Las cuatro fuerzas fundamentales constituyen los cimientos de la física moderna. Aunque su intensidad y alcance varían enormemente, cada una cumple un papel esencial en la organización del universo, desde la cohesión de los átomos hasta la dinámica de los cúmulos de galaxias. El desafío pendiente es integrarlas en un marco único, lo que representaría uno de los mayores avances en la historia de la ciencia.


NUX: 5736032398782186154
post.id: 5736032398782186154

Murciélagos: entre la sombra, la ciencia y la supervivencia

Oscuros, nocturnos, asociados a enfermedades y a mitos como Drácula. Durante siglos los murciélagos han cargado con una reputación negativa, injustamente resumida en el apodo de “ratas voladoras”. Sin embargo, la ciencia revela otra verdad: los murciélagos son uno de los linajes más exitosos de mamíferos en la historia evolutiva.

Con más de 1,400 especies descritas, forman el segundo grupo de mamíferos más diverso del planeta, después de los roedores. Vuelan, se orientan en la oscuridad con ecolocalización, muestran estrategias reproductivas únicas y desempeñan un papel vital en los ecosistemas.

Este artículo derriba mitos y expone 10 datos esenciales para comprender la extraordinaria biología de los murciélagos.


1. Los únicos mamíferos capaces de volar con motor

Mientras ardillas voladoras y colugos solo pueden planear, los murciélagos son los únicos mamíferos capaces de vuelo activo.

  • Sus alas son, en realidad, manos modificadas: los dedos alargados sostienen una membrana de piel llamada patagio.

  • Al batir las alas, lo que realmente están moviendo son sus dedos, como si tuvieran una mano gigantesca capaz de empujar el aire.

  • Esto les da una maniobrabilidad extraordinaria, mucho mayor que la de las aves, aunque también vuelve frágil su esqueleto.

💡 Dato curioso: al observar un murciélago volar, en realidad estás viendo cómo mueve sus dedos, no todo el brazo.


2. Megamurciélagos y micromurciélagos

Existen dos grandes grupos tradicionales:

  • Megamurciélagos (Pteropodidae): conocidos como zorros voladores, habitan en África, Asia y Oceanía. Son frugívoros o nectarívoros, no usan ecolocalización y algunas especies alcanzan envergaduras de hasta 1,5 m.

  • Micromurciélagos (Microchiroptera): representan la mayoría de las especies. Son pequeños, nocturnos y dependen de la ecolocalización para cazar insectos.

Estudios genéticos recientes sugieren que esta división no refleja toda su historia evolutiva: hoy se reconocen varias “superfamilias” de murciélagos.


3. La ecolocalización: un radar natural

La ecolocalización es una de las adaptaciones más sofisticadas de los murciélagos. Funciona como un sistema de radar biológico que les permite cazar en completa oscuridad.

Cómo funciona paso a paso

  1. Emisión del sonido: producen ultrasonidos a través de la laringe, emitidos por boca o nariz.

  2. Viaje de la onda: el sonido se propaga y choca contra objetos cercanos.

  3. Eco de regreso: parte de la onda rebota hacia el murciélago.

  4. Recepción: sus orejas especializadas captan el eco.

  5. Procesamiento cerebral: el cerebro interpreta

    • el tiempo de regreso (distancia),

    • la intensidad (tamaño y textura),

    • los cambios de frecuencia (movimiento y velocidad, como un efecto Doppler).

Precisión extraordinaria

  • Detectan insectos diminutos, incluso frente a hojas o ramas.

  • Algunas especies perciben detalles de hasta 0,1 milímetros.

  • Pueden diferenciar entre un objeto fijo y uno en movimiento.

Otros animales con ecolocalización

También la usan los delfines, orcas, musarañas e incluso algunas polillas que “engañan” a los murciélagos interfiriendo con sus ultrasonidos.

🔎 Ejemplo sencillo: imagina lanzar una pelota en la oscuridad. Si regresa rápido, la pared está cerca; si tarda, está lejos; si suena distinto, el material no es pared sino madera o metal. Eso hacen los murciélagos, pero miles de veces por segundo.


4. Un linaje de más de 50 millones de años

Los fósiles más antiguos, como Onychonycteris e Icaronycteris (Eoceno temprano, hace 52 millones de años), ya podían volar, aunque probablemente no ecolocalizar. Esto sugiere que el vuelo evolucionó antes que la ecolocalización.

En pocos millones de años, los murciélagos se diversificaron, dominando el cielo nocturno mientras las aves ocupaban el día.


5. La vida nocturna como estrategia

La mayoría de los murciélagos son nocturnos. Esto les brinda ventajas:

  • Evitan competir con aves diurnas.

  • Reducen el riesgo de depredadores.

  • Aprovechan la oscuridad junto con la ecolocalización para dominar la caza nocturna.

Contrario al mito, los murciélagos no son ciegos. Muchas especies frugívoras ven bien e incluso algunas perciben luz ultravioleta para localizar flores.


6. Estrategias reproductivas únicas

Las hembras de murciélagos muestran adaptaciones reproductivas sorprendentes:

  • Almacenamiento de esperma: pueden guardar esperma por meses y elegir el momento de la fecundación.

  • Diapausa embrionaria: algunos embriones detienen su desarrollo hasta que las condiciones ambientales sean óptimas.

  • Crías grandes y dependientes: requieren semanas o meses de cuidado, lo que implica alta inversión parental.


7. Los murciélagos y la salud

Es cierto que son reservorios de virus como rabia, Ébola o coronavirus. Sin embargo:

  • Su sistema inmunológico es único, capaz de tolerar virus sin enfermarse gravemente.

  • El riesgo de contagio humano aparece sobre todo cuando los hábitats se destruyen o hay contacto directo.

  • Son aliados en la agricultura: un murciélago insectívoro puede comer miles de mosquitos en una sola noche, reduciendo plagas y enfermedades como malaria o dengue.


8. Murciélagos vampiro: solo tres especies

De las más de 1,400 especies, solo tres son hematófagas:

  • Desmodus rotundus (vampiro común),

  • Diphylla ecaudata (vampiro de patas peludas),

  • Diaemus youngi (vampiro de alas blancas).

No “chupan” sangre: hacen una pequeña incisión y lamen el fluido gracias a su saliva anticoagulante (draculina), hoy investigada para crear fármacos contra coágulos y enfermedades cardiovasculares.


9. Aportes históricos inesperados

Durante la Guerra Civil estadounidense, el guano de murciélago (rico en nitrato de potasio) fue clave para fabricar pólvora. Algunas minas producían toneladas al día, mostrando la importancia indirecta de estos animales incluso en la historia bélica.


10. Murciélagos en la cultura

En la civilización azteca, el dios de los muertos Mictlantecuhtli era representado con rasgos de murciélago, símbolo de oscuridad y poder.
Esto demuestra que los murciélagos han sido parte del imaginario humano mucho antes de Batman o Drácula, asociados a lo misterioso y lo sobrenatural.


Conclusiones

Los murciélagos son mucho más que criaturas nocturnas con mala fama. Son un grupo diverso de mamíferos con adaptaciones extraordinarias: el vuelo, la ecolocalización, la flexibilidad reproductiva y una importancia ecológica fundamental.

  • Controlan poblaciones de insectos.

  • Polinizan flores y dispersan semillas en bosques tropicales.

  • Inspiran innovaciones médicas y tecnológicas.

Aunque puedan ser portadores de enfermedades, el verdadero riesgo surge cuando la acción humana invade sus hábitats. Más que enemigos, son aliados silenciosos de la salud, la agricultura y la biodiversidad.

NUX: 1181639969234233552
post.id: 1181639969234233552

El misterio del bostezo: entre la biología, la empatía y el contagio social

El bostezo es uno de los gestos más universales y enigmáticos del ser humano. Todos lo hemos experimentado: llega de repente, a veces acompañado de cansancio, aburrimiento o simple rutina. Sin embargo, guarda un detalle fascinante: el bostezo es contagioso. Basta con ver a alguien abrir la boca y estirarse para que nuestro cerebro active el mismo impulso.

Lo curioso es que, a pesar de lo común que resulta, la ciencia aún no ha llegado a un consenso sobre por qué ocurre ni qué función cumple. A lo largo de los últimos años, múltiples investigaciones han intentado descifrar este fenómeno, relacionándolo con la empatía, el desarrollo social y hasta con la biología evolutiva de distintas especies.

Este artículo busca explorar lo que la ciencia ha descubierto —y lo que todavía permanece en la sombra— sobre el bostezo, desde los estudios en niños y animales, hasta las hipótesis que cuestionan su vínculo con la empatía.


El origen del bostezo: un reflejo evolutivo

El bostezo no es exclusivo de los humanos. Se observa en la mayoría de los mamíferos y en diversas aves. Esto sugiere que se trata de un comportamiento antiguo en términos evolutivos.

Las hipótesis sobre su función son variadas:

  • Regulación cerebral: algunos investigadores sostienen que el bostezo ayuda a enfriar el cerebro, favoreciendo un mejor rendimiento neuronal.
  • Oxigenación: antiguamente se creía que bostezar servía para incrementar los niveles de oxígeno, aunque esta teoría ha perdido fuerza con estudios recientes.
  • Aumento de alerta: otros plantean que es una señal para mantener al organismo despierto y preparado en situaciones de somnolencia o aburrimiento.
En cualquier caso, el bostezo cumple un papel fisiológico que aún no comprendemos del todo, pero que claramente trasciende culturas y especies.

El bostezo contagioso en humanos: la hipótesis de la empatía

Un hallazgo clave en la investigación provino de un estudio de 2010, publicado por John Wiley & Sons para la Universidad de Connecticut. Allí se observó que los niños no muestran bostezos contagiosos hasta los 4 años aproximadamente.

¿Por qué es relevante este dato? Porque esa edad coincide con el desarrollo de la empatía, la capacidad de ponerse en el lugar de otro y reflejar sus estados emocionales. Antes de esa edad, aunque los niños bostecen de manera natural, no lo hacen como respuesta automática al bostezo de otra persona.

Esto llevó a los investigadores a proponer que el bostezo contagioso es, en parte, un indicador del surgimiento de la empatía en los humanos. Una especie de “espejo social” que refleja el vínculo emocional entre individuos.

Evidencia en el reino animal

El bostezo contagioso no es un fenómeno exclusivamente humano. La ciencia ha documentado su presencia en diversas especies sociales:

  • Chimpancés y macacos: bostezan tras ver bostezar a sus congéneres, lo cual sugiere un mecanismo de contagio emocional en primates cercanos a nosotros.
  • Perros domésticos: algunos estudios muestran que los perros pueden bostezar después de observar a humanos bostezando, lo que refuerza la hipótesis de que el contagio depende de vínculos sociales.
  • Lobos: se ha registrado que el bostezo contagioso ocurre más entre individuos que tienen lazos cercanos dentro de la manada.
  • Ovejas: experimentos demostraron que las ovejas bostezan más cuando pueden ver a otras bostezando, en comparación con cuando están aisladas.
  • Aves como periquitos: también muestran señales de contagio, lo que abre el debate sobre si este fenómeno trasciende aún más allá de los mamíferos. 
Estos hallazgos apuntan a que el bostezo contagioso podría cumplir un papel en la cohesión social de los grupos, ayudando a sincronizar estados de descanso o vigilancia entre los miembros.

El debate científico: ¿empatía o simple imitación?

Aunque la hipótesis de la empatía es atractiva, no todos los estudios la respaldan.

En 2014, un equipo de Duke University analizó el fenómeno en 328 adultos. Los participantes vieron videos de personas bostezando y completaron cuestionarios sobre empatía, niveles de energía e inteligencia. Los resultados fueron claros: la empatía no explicó significativamente la variabilidad de bostezos contagiosos.

El único factor que mostró correlación fue la edad: mientras más mayores eran los participantes, menos probable era que bostezaran. Pero incluso así, este factor solo explicaba un 8 % de las diferencias individuales. En otras palabras, la mayor parte del fenómeno seguía sin explicación.

Este hallazgo cuestiona la idea de que el bostezo contagioso sea una medida directa de empatía en adultos. Podría ser que en los primeros años de vida exista una relación más clara, pero que en la edad adulta entren en juego otros factores biológicos, neurológicos y sociales.

Lo que la ciencia sabe (y lo que no)

A partir de los estudios revisados, podemos resumir así:

Lo que sabemos

  • El bostezo es universal y aparece en numerosas especies.
  • En humanos, el bostezo contagioso surge alrededor de los 4 años, junto con la empatía.
  • Animales sociales como chimpancés, perros y lobos también muestran contagio de bostezos, lo que sugiere una función de cohesión grupal.
Lo que no sabemos:

  • La verdadera función biológica del bostezo.
  • Por qué en adultos la empatía no siempre correlaciona con el contagio.
  • Qué otros factores —genéticos, neurológicos, culturales— explican la variabilidad individual.
  • Si el bostezo contagioso es un subproducto de procesos sociales más complejos o una adaptación específica para sincronización grupal.

Conclusiones

El bostezo, tan cotidiano y aparentemente trivial, sigue siendo un enigma científico. Su carácter contagioso conecta biología, psicología y sociología, desde el cerebro que busca autorregularse hasta las comunidades que se sincronizan de manera inconsciente.

Lo que parece claro es que el bostezo contagioso refleja más que cansancio: es un fenómeno profundamente social que podría estar vinculado con nuestra capacidad de compartir estados, ya sea a través de la empatía o de mecanismos más primitivos de imitación.

En definitiva, el bostezo nos recuerda que incluso los actos más simples pueden contener secretos evolutivos y sociales de gran complejidad. Y que la ciencia, aún en lo más ordinario, encuentra misterios extraordinarios por resolver.

NUX: 6268136948755060053
post.id: 6268136948755060053

El mito del 10 % del cerebro: evidencia neurocientífica y origen cultural.

10% del cerebro

Resumen:

El mito de que los seres humanos utilizan únicamente el 10 % de su capacidad cerebral ha sido ampliamente difundido en la cultura popular y en textos de autoayuda. Sin embargo, la evidencia científica demuestra que el cerebro humano se utiliza en su totalidad y que cada región cumple funciones específicas esenciales para la vida diaria. Este artículo revisa la evidencia neurocientífica que refuta dicho mito, sus implicaciones culturales y posibles orígenes históricos.



Introducción:

A lo largo de décadas, ha circulado la creencia de que los seres humanos solo emplean el 10 % de su cerebro. Este planteamiento ha alimentado narrativas de superación personal, así como representaciones en la cultura popular, como en las películas Sin Límites y Lucy. La premisa sugiere que, al “desbloquear” el 90 % restante, sería posible alcanzar un nivel superior de inteligencia o incluso habilidades sobrenaturales. No obstante, investigaciones en neurociencia demuestran de manera consistente que esta afirmación carece de fundamento.

Evidencia neuropsicológica:

La neuropsicología, disciplina que estudia cómo la anatomía y fisiología cerebral afectan la cognición, la emoción y el comportamiento, ha permitido identificar funciones específicas en distintas áreas cerebrales. Técnicas modernas de neuroimagen, como la tomografía por emisión de positrones (PET) y la resonancia magnética funcional (fMRI), muestran que no existen regiones “inactivas” en el cerebro humano.

Incluso a nivel de neuronas individuales, la investigación ha revelado que todas las áreas cerebrales presentan actividad. Al realizar tareas cotidianas, como leer un texto en un dispositivo móvil, diferentes regiones (visión, comprensión lectora, motricidad fina) se activan de manera coordinada.

Los estudios clínicos también refutan el mito: lesiones cerebrales localizadas pueden ocasionar déficits severos en funciones específicas. Por ejemplo, el daño en el área de Broca altera la capacidad de producir lenguaje, aunque la comprensión permanezca relativamente preservada. Casos documentados de hipoxia cerebral demuestran que la pérdida de grandes porciones del cerebro tiene consecuencias devastadoras, lo que contradice la idea de que el 90 % del tejido cerebral sería “inútil”.

Perspectiva evolutiva:

El cerebro humano, aunque representa solo el 2 % de la masa corporal, consume más del 20 % de la energía total. Esta desproporción energética difícilmente se justificaría si la mayor parte del órgano permaneciera inactiva. Desde una perspectiva evolutiva, la selección natural habría eliminado estructuras tan costosas si no desempeñaran un papel crucial en la supervivencia y adaptación.

El origen del mito:

El atractivo del mito radica en la promesa implícita de un potencial oculto. Sin embargo, su origen es difuso. Algunas hipótesis lo relacionan con interpretaciones erróneas de William James sobre el “potencial humano latente”, con pasajes de libros de autoayuda como Cómo ganar amigos e influir sobre las personas o con estudios de neurociencia primitiva que identificaban “áreas silenciosas” en el cerebro.

En la década de 1930, Wilder Penfield observó zonas cerebrales que no producían respuestas inmediatas durante estimulación eléctrica, lo que pudo alimentar la idea de regiones “inactivas”. Posteriormente, investigaciones más avanzadas demostraron que estas áreas, como los lóbulos prefrontales, cumplen funciones críticas en la planificación, la toma de decisiones y la regulación emocional.

Conclusión:

El mito del 10 % del cerebro es un ejemplo de cómo interpretaciones erróneas pueden persistir en la cultura popular, pese a evidencia científica en contra. Estudios de neuroimagen, hallazgos clínicos y argumentos evolutivos confirman que utilizamos todo nuestro cerebro, y que cada región contribuye de manera fundamental al funcionamiento humano. Más que un potencial inexplorado en términos de “capacidad cerebral no usada”, el desafío real reside en cómo cada individuo desarrolla sus habilidades cognitivas y emocionales dentro de los límites biológicos de un órgano altamente eficiente y costoso en términos energéticos.

Referencias:

  • Beyerstein, B. L. (1999). ¿De dónde viene el mito de que solo usamos el 10% de nuestro cerebro? En S. Della Sala (Ed.), Mitos de la mente (pp. 3-24). Wiley.
  • Broadfoot, M. V. (2013). ¿Cómo funcionan los escáneres cerebrales? Raleigh News & Observer.
  • Higbee, K. L., & Clay, S. L. (1998). Creencias de los estudiantes universitarios en el mito del diez por ciento. The Journal of Psychology, 132(5), 469-476.
  • Jarrett, C. (2014). Grandes mitos del cerebro. Wiley Blackwell.
  • McDougle, S. (2014). Ya utilizas muchísimo más del 10 % de tu cerebro. The Atlantic.
  • Mink, J. W., et al. (1981). Relación entre el metabolismo del sistema nervioso central y el metabolismo corporal en vertebrados: su constancia y base funcional. American Journal of Physiology, 241(3), R203-R212.
  • Tandon, P. (2013). No tan 'silencioso': La corteza prefrontal humana. Neurology India, 61(6), 578-580.
  • Vreeman, R. C., & Carroll, A. E. (2007). Mitos médicos. BMJ, 335(7633), 1288-1289.


  • Wanjek, C. (2003). Mala medicina: Conceptos erróneos y malos usos revelados. Wiley.






NUX: 4842167417504713372
post.id: 4842167417504713372

El lucro en el libre mercado es voluntario. No explotado.

En nuestra cultura política moderna, muchas personas afirman que los lucros son el resultado de la explotación de unos individuos por otros. Por lo tanto, cualquiera que intente obtener lucros es considerado un enemigo de la sociedad y debe ser detenido antes de causar daños. Según Henry Hazlitt,

 «La indignación que muestra hoy mucha gente ante la sola mención de la palabra lucros indica lo poco que se comprende la función vital que desempeñan los lucros en nuestra economía.»


En una economía libre, en la que los salarios, los costes y los precios se dejan al libre juego del mercado competitivo, la perspectiva de lucros decide qué artículos se fabricarán y en qué cantidades, y qué artículos no se fabricarán en absoluto. 

Si no hay lucros en la fabricación de un artículo, es señal de que el trabajo y el capital dedicados a su producción están mal orientados. El valor de los recursos que deben emplearse en la fabricación del artículo es mayor que el valor del propio artículo. En resumen, una de las funciones de los lucros es orientar y canalizar los factores para distribuir la producción relativa de miles de mercancías diferentes de acuerdo con la demanda.


El lucro, por tanto, no tiene nada que ver con la explotación; se trata del uso más eficiente de los medios de los individuos. Por el contrario, el lucro debe considerarse un indicador de si los medios se emplean de la mejor manera posible.


Si el empleo de medios da lugar a la expansión de la riqueza, en igualdad de condiciones, esto demuestra que el empleo se hizo de forma lucrativa. Por el contrario, una disminución de la riqueza es indicativa de una pérdida, lo que demuestra un despilfarro de los medios.


En lugar de ser condenadas, las personas que contribuyen a aumentar la riqueza, que se manifiesta en los lucros, deberían ser elogiadas. Estas personas contribuyen a elevar el nivel de vida del conjunto de la población.


Según Murray Rothbard, todo empresario invierte en un proceso porque espera obtener lucros y cree que el mercado ha infravalorado e infracapitalizado los factores en relación con sus rentas futuras. Para que un empresario obtenga lucros, debe planificar y anticipar las preferencias futuras de los consumidores. Por lo tanto, los empresarios que destaquen en la previsión de las preferencias futuras de los consumidores obtendrán lucros, en igualdad de condiciones.


Los lucros no son el resultado de la explotación, sino que surgen cuando los empresarios se adaptan a los deseos de los consumidores de la mejor manera posible. Para que un empresario obtenga lucros, debe anticiparse a las preferencias de los consumidores. Por consiguiente, los empresarios que destacan en su previsión de las preferencias futuras de los consumidores tienen más probabilidades de ser rentables.


No juzguen el capitalismo con explotacion.

Lee nuestra publicación más reciente:

El miedo a las diferencias: seguridad, constructos sociales y diversidad

Este artículo analiza por qué la diferencia social —como la no conformidad de género, la ausencia de prácticas religiosas mayoritarias o la ...

#Otras publicaciones complementarias: